Era Una Tarde///Fabio Fiallo

¡Oh, mi amada! ¿te acuerdas? Esa tarde

tenía el cielo una sonrisa azul,

vestía de esmeralda la campiña

y más linda que el sol estabas tú.

Llegamos a las márgenes de un lago.

¡Eran sus aguas transparente azul!

En el lago una barca se mecía,

blanca, ligera y grácil como tú.

Entramos en la barca, abandonándonos,

sin vela y remo, a la corriente azul;

fugaces deslizáronse las horas;

no las vinos pasar ni yo ni tú.

Tendió la noche su cendal de sombras;

no tuvo el cielo una estrellita azul…

Nadie sabrá lo que te dije entonces,

Ni lo que entonces silenciaste tú…

Y al vernos regresar, Sirio en oriente 

rasgó una nube con su antorcha azul…

Yo era feliz y saludé una alondra.

Tú… ¡qué pálida y triste estabas tú!

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